domingo, 6 de diciembre de 2009
Costa rica está cambiando, Saprissa y la Liga ya no son los eternos campeones del fútbol nacional, la Unidad y Liberación ya no tienen una cantidad de poder incuantificable, ahora se divide entre muchos partidos más pequeños, a la gente ya no le da verguenza ser homosexual, ya que una mujer tenga un hijo soltera no es la vergüenza de la familia, ni hay que esconderla, la gente que iba con el NO ahora es Libertaria, ya los productos más importantes de exportación no son ni el café ni el banano.
Yo me acuerdo que a mi me enseñaron a pensar en términos de lo que Costa Rica y siempre iba a ser, la Costa Rica en la que vivieron mis papas y mis abuelos, por dicha ya no es el mismo país.
La gente se está despertando de ese gran sueño, que los tuvo aletargados por tantos años, ya nada de lo que era es, ahora todos vivimos encerrados para no exponernos a asaltos, mis primas segundas no salen de la casa sola ni a la pulpería (que está a 25 metros) porque a mi prima le da miedo que las metan en un carro y se las lleven, como ya le paso una vez a un primo mio, el parque que está al frente de mi casa, pasa vacío tanto entre semana como los fines, porque a todos les da miedo unas pintillas que se sientan a vacilar en el Higueron del centro del parque, mientras que cuando yo era pequeño todos jugabamos todo el día, mi mamá nada más me cruzaba la calle y yo me quedaba toda la mañana, almorzaba y luego toda la tarde al parque con todos mis amigos y amigas, jugabamos y las otras mamas no se preocupaban porque alguno de nosotros se propasara haciendole cosquillas a alguna de nuestras amigas, ahora entre un chiquito y una chiquita hay una especie de barrera, para evitar problemas por jugar.
Para nosotros andar raspados era la regla, ahora dios guarde de que el chiquito se raspe, se le puede infeccionar y morirse... Dejabamos las bicicletas al lado de la cancha de futbol para armar la mejenga, nunca nos robaron una, yo siempre he saludado a todos los indigentes nunca les he tenido miedo al final de cuentas son personas, mientras hace unos días jugando con mis sobrinos en el parque llego un indigente a saludarme y ellos me preguntaron que porque lo saludaba a lo que le respondí simplemente es una persona, ellos le tenían miedo, con solo verlo, sin saber nada sobre él.
Siempre me siento en la mesa de la sala, a ver el parque vacío, ese parque, donde subido en un árbol di mi primer beso, donde los papas no llevan a sus hijos porque no tienen tiempo y todos los chiquitos metidos en la casa jugando video juegos creen que eso es vivir, yo recuerdo que cuando yo estaba muy pequeño a mi siempre me obligaron a llevar sol, a salir a jugar, ya más grande me metieron en los scouts, donde me terminaron de joder, donde le agarre gusto al barro y al agua fría, donde el gusto de correr y jugar y hacer lo mismo que hice durante toda mi infancia estaba permitido sin un "uy que está haciendo ese mae".
Es tan doloroso ver que la gente se mete en sus casa por miedo, pero en realidad ese miedo no tiene porque de ser, yo me jale tortas, nos metíamos a jugar al estadio a escondidas, andabamos en bicicleta todo el día, nos hacíamos novios de las vecinas y terminabamos porque nos metíamos con otras y luego volvíamos con ellas y de mis vecinas ninguna ha quedado embarazada hasta el día de hoy, mientras que los más mojigatos del barrio lo único que hacían era esconder a sus hijas de "las malas juntas" esas muchachas quedaban embarazadas a los 16...
Hacíamos fiestas en las casas de todos, pasabamos todos metidos en las casas de otros, mi casa siempre fue un lugar de reunión donde nos sentábamos a comer, o en la casa de cualquier otro, nos quedabamos a dormir en las casas de todos, hombres y mujeres todos durmiendo en colchones en la sala y nunca tuvimos problemas más que por las bromas con pasta de dientes.
Mi niñez fue tan diferente a la de la nueva generación de mi familia que me parece imposible de creer que ahora todos en su mojigatería encierren a todos los chiquitos en sus casas donde solo se relacionan en la escuela y tienen que hacer todo a escondidas.
Como final, una vez a mi mama le llegaron a decir que mi hermano estaba fumando marihuana, mi mama se le quedo viendo a la señora y le dijo que no la molestará porque ella sabía bien que tenía en la casa, que mejor debería preocuparse por saber ella que tenía en la casa; el hijo de esa señora al que por supuesto conocí, tenía que esconder todo lo que hacía porque según la religión de esa señora hasta que las chiquitas jugaran fútbol era malo, un día de estos vi a ese muchacho trabajando en un más por menos guardando cosas en bolsas, su primer trabajo luego de pasar viviendo en la calle por 4 años y me contó que su mama le había pedido que no se acercara a la casa de ella porque le daba vergüenza tener un hijo así, lo peor de todo era que lo que daba vergüenza a esa señora no era el consumo de drogas, era la homosexualidad de él, por eso lo echo de la casa y él al no tener a nadie cayó en una espiral de autodestrucción, para ella era mejor tener un hijo muerto que gay.
Todo ha cambiado, ya la gente esconde a sus hijos de una realidad existente, aliena a sus hijos de una situación que evidentemente no va a cambiar en nada, como si eso los preparara a la hora de tener que enfrentar las mismas cosas de las cuales los procuraron esconder.
Ese pensamiento de que "a mi no me va a pasar eso" o "mi familia es de bien, eso acá jamás pasaría" es mejor hacerlo a un lado y procurar tener la suficiente confianza como para poder decirle a sus hijos como funciona un condon, o que cuando se jalen una torta puedan acudir a sus padres y no a los amigos que al final de cuentas solo les van a dar el consejo equivocado como la forma de esconderlo más o algo peor...
Mi primera cerveza fue con mi mama y cuando se dieron cuenta de que yo estaba fumando me preguntaron a mi, y yo les respondí con la verdad, a lo que mi papá me dijo que estaba bien que yo fumara, que no podía hacer nada para evitarlo, si eso era lo que quería, nada más de que lo hiciera cuando yo me pudiera mantener mi vicio, cuando yo fuera lo suficientemente responsable como para enfrentar la carga que significa un vicio en la vida y hasta el día de hoy nunca me he fumado un cigarro pagado con dinero de mi papá y no porque el se de cuenta, sino porque es la verdad y porque cada vez que me jalo una torta a quien acudo es a él, que yo se que no voy a encontrar regaños tampoco una palmada en la espalda, pero yo se que el sabe cuando uno se jala una torta es por un simple error y que el tampoco es perfecto que son simplemente cosas que pasan, eso poca gente que conozco lo puede hacer.