Rarezas

jueves, 30 de abril de 2009

Hoy después de mucho tiempo me he dado cuenta de que las personas cambian, las circunstancias de vida cambian y uno cambia mucho. Yo he dicho a mucha gente eso, en infinidad de ocasiones, pensé que ya lo había asimilado o aceptado esto, pero resulta que en realidad no creo que uno nunca lo haga en realidad, sino que llega a un punto, en el que simplemente se ve, se nota, se sabe, en el que uno observa algo que hace que uno de verdad lo sepa, ni después de dejar a tantos amigos en el camino, ni después de dejar personas en el camino, recuerdos, risas, golpes, madreadas y algunas veces hasta lagrimas me di cuenta de que ya no era el maecillo de siempre, ni después de darme cuenta de que en algún momento de mi vida, fui callado y reservado; ni después de recordar ese evento que  hace muchos años cambio de manera irremediable lo que era  y lo que sería por el resto de mi vida.


Que interesante, ver las constantes, las que no fueron tanto, lo que perdí, lo que gane, lo que deje tirado, recuerdos, bromas, anécdotas (que por dicha me sobran), lo que retome y lo más importante lo que sigue conmigo.

Creo que hoy me di cuenta de que mi vida, aunque ha sido corta, ha estado vacilona, he hecho cosas que la gente normal no logra hasta mucho después, que algunas cosas que un joven de mi edad vive, yo nunca las vivire, no tuve el tiempo de hacerlo, estaba concentrado en las otras cosas.

Ahora más tarde, me despertare, hare casi lo mismo que ayer, con la diferencia, de que ya nada me será igual, sabré que para estas alturas la gente espera que haya madurado, mis amigos ya no pasan todo el día en mi casa, y ahora que lo recuerdo, hace mucho que eso ya no pasa, mi idea de descanso es quedarme viendo una película y no como antes creía emborracharse hasta poder saber en realidad como son mis entrañas y el valor de las cosas que en realidad nunca me importaron, como una sonrisa o un abrazo, siempre las di por sentado... Pero bueno, hoy me doy cuenta de que mi vida se me ha estado yendo de las manos, que ha tomado caminos que nunca pensé que tomaría, he dicho y hecho cosas que no me enorgullecen pero que necesitaba vivirlas (al menos eso me gusta creer), después de todo, la vida no es más que para echarla a perder, porque si uno nunca se equivocara sería bastante aburrida.



 

1 comentarios:

Alejandro C. Trejos C. dijo...

Bueno, todos los que caminan tropiezan, pero solo los que caminan avanzan.